Estamos acostumbrados a sentar a nuestros invitados en mesas redondas de 8 ó 10 personas distribuidas por el salón de celebraciones o jardín y sólo tenemos en cuenta las mesas alargadas como lugar donde se sientan los novios presidiendo el banquete o como mesas de apoyo, buffet, candy bar o para los niños. Sin embargo, las mesas largas o imperiales poseen muchas ventajas y son una alternativa excepcional a la tradicional organización de los invitados.
Ventajas:
- Libertad. Este tipo de mesas liberan a los novios del mayor quebradero de cabeza de los preparativos de la boda: la ubicación de sus invitados. Cuadrar las mesas y acertar con la sintonia o el vínculo entre los integrantes de cada mesa es a veces agobiante para los novios. Con las mesas imperiales, los novios se quitan un problema y los invitados tienen la libertad de poder agruparse o sentarse con quienes quieran.
- Son ideales para bodas al aire libre. Las mesas largas evocan las celebraciones de antaño, los encuentros familiares y el ambiente de verbena de los pueblos.
- Muy elegantes en salones. Por algo las cenas y comidas en palacio siempre se realizaban en mesas imperiales.
- Se pueden agrupar y crear mesas de dimensiones concretas en base al número de invitados que necesitamos sentar.
- Y, por último, permiten economizar mejor el espacio en carpas y salones de difícil distribución o limitados.
