Combinación perfecta

chino bravo
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Una jarra de plata sobre un espejo antiguo no es común como centro de mesa, pero su uso como florero lleva en sí una connotación clásica, como la que MY Group Eventos pensó para esta decoración de matrimonio inspirada en la estética vintage, muy a tono con el escenario en el que los novios decidieron celebrar su boda: el Hotel de La Ópera, en el barrio La Candelaria, Bogotá.

Los diseñadores partieron de un color que no puede ser más romántico, el rosado, y sus derivaciones les sirvieron para crear en torno a este una paleta que se extiende a la vajilla, pasa por los caminos de mesa y las servilletas, y se pone de presente una vez más en las flores de la vajilla, en los centros de mesa y hasta en los cupcakes, macarons y golosinas que se exhiben en la mesa de los postres. La combinación de piezas antiguas exclusivas con otras modernas, pero de corte romántico, fue la consigna para lograr un efecto que sorprende por su sutil eclecticismo.

El blanco, color tradicional de las novias, sirve de base en este caso para el despliegue de los elementos de color, que contribuyen a darle al ambiente un toque de elegancia muy particular. Como se dijo, los centros de mesa constan de rosas grandes y miniatura de colores fucsia y rosado, hortensias verde claro, alelíes, astilbes y hojas de arrayán que forman un fondo de follaje, arreglos que surgen de fuentes de plata o de la jarra protagonista, como es el caso de las astilbes, que como unos brotes de verdor llegan al pico del recipiente convertidas en florecitas blancas y rosadas.

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