Prueba Final del Vestido de Novia

chino bravo
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La última prueba del vestido de novia es la más importante de todas, ya que la próxima vez que lo tengas puesto será el mismo día de tu boda y ese día ya no habrá vuelta atrás. Te casas y no hay tiempo de arreglos ni de cambios.


Por eso, en la última cita con la modista te aconsejamos que:


No vayas acompañada de mucha gente. Demasiadas personas te pueden distraer de ese momento. No podrás evitar que charlen entre ellas, comenten, juzguen, rían... y no podrás estar centrada. Elige a una o dos personas de confianza, y a ser posible, que te hayan acompañado en otras pruebas. Necesitas estar tranquila y prestar atención a tu vestido. Si entre tus familiares o amigos hay alguien que entienda de costura, puedes invitarla.

Repasa los detalles. Recuerda aquellos retoques que pediste la última vez. Vigila cada detalle. Mírate una y mil veces desde todos los ángulos. Tómate fotos para verte bien y expresa todo aquello que no te convenza.

Ante todo, comodidad. Recuerda que llevarás el vestido de novia durante muchas horas. Caminarás, te sentarás, comerás, abrazarás, subirás escaleras, bailarás, probablemente incluso saltarás y en todos esos instantes debes estar cómoda. Que no se te mueva el vestido, que no te apriete mucho, que no se te caiga del pecho, que no te lo pises... Imagínate el transcurso de ese día y siéntete capaz de desarrollarlo sin problemas ni agobios con tu vestido de novia.
Llévate los complementos. En la última prueba ya debes tener los pendientes, pulseras, collares, peina, tocado, una idea del ramo de flores y todo aquello que completará tu look nupcial. Póntelos con el vestido y visualízate tal y como estarás el día de tu boda. Por supuesto, es esencial que los zapatos, el sujetador y la ropa interior que vayas a llevar el día de tu boda también la lleves a la prueba.

Seguridad y confianza. Nadie mejor que tú sabe cómo te sientes con el vestido. Sólo tú debes decir que todo está correcto. Tu palabra es la última. Ni la de la modista, ni la de la propietaria de la tienda, ni siquiera la de tu madre o la de tu mejor amiga. Recuerda que aún estás a tiempo de solucionar tus dudas o problemas y si algo no te convence, dilo. Una vez te marches de la tienda, o pasen unos días, ya no habrá posibilidad de volver atrás.

Y, por último, pero no menos complicado. Trata de ir relajada. Los preparativos son estresantes y cansados, pero cada vez queda menos y tu vestido es uno de los aspectos más destacados de la boda. Céntrate en él. Siéntelo. Emociónate.

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