existen muchísimas supersticiones y costumbres que giran en torno a las bodas, una de las más populares dicta que el novio no deberá ver a la novia antes de la boda ¿será verdad? Aquí te contamos todo sobre esta superstición.
Una de las tradiciones de bodas dicta que la pareja de novios deberá de vestirse y arreglarse en lugares diferentes, asegurando así que el novio no vea a la novia hasta su encuentro frente al altar. Y es que se dice que el novio no deberá de ver a su pareja con el vestido de novia hasta ese momento, por lo que tampoco deberá acompañarla a elegir el vestido, ni acudir a ninguna de las pruebas de vestido. Pero ¿será esto cierto? La verdad es que son muchas las supersticiones que giran en torno a las bodas, como por ejemplo el no usar perlas ya que éstas representan lágrimas que se derramarán durante el matrimonio, entre otras tantas.
Lo cierto es que este tipo de supersticiones varían de país en país, y muchas veces tienen un significado que viene de tiempos lejanos y forman parte de la cultura y las tradiciones que rodean un hecho tan especial como es la unión por medio del matrimonio.
Si se consideran una pareja supersticiosa, lo mejor será que sigan las recomendaciones, la novia se tendrá que cuidar de que su pareja no la vea con el vestido puesto antes de su llegada al altar, y más aún, ni siquiera deberá de ver el vestido en absoluto, ya que se dice que de no hacerlo así, será un mal augurio que traerá mala suerte y convertirá su matrimonio en una pesadilla.
Más allá de que lo crean o no, es un detalle muy romántico, ya que ese momento de asombro que tiene el novio cuando ve a su hermosa novia, impecable y toda vestida de blanco por primera vez, suele ser mágico e inolvidable.
Sin embargo, en algunos países anglosajones suele llevarse a cabo de otra manera, por medio del “first look” en donde la pareja, ya arreglados para la boda, se encuentra unas horas antes en algún lugar pactado y acompañados solo por su fotógrafo. Así tendrán oportunidad de compartir ese especial momento en intimidad, charlar sobre sus emociones y sobre todo, de obtener fabulosas fotografías de esos momentos que mezclan nervios y emoción, que al mismo tiempo suelen ser sumamente tiernos y significativos.
