Dinero y las Parejas
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julio 11, 2014
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En la mayoría de las ocasiones las parejas invierten casi un año de sus vidas y por lo general un elevado presupuesto, para lograr la boda de sus sueños, pero en muy pocas oportunidades se detienen a organizar la nueva vida financiera que están por comenzar. Y aunque les parezca poco romántico, es un tema que hay que evaluar con cabeza fría antes de dar el sí.
1. Limpiar antecedentes
En muchos casos, los novios acuerdan ser honestos respecto a su pasado sentimental y hasta aceptan revelarles a sus parejas cuántas relaciones mantuvieron antes de conocerse, pero jamás mencionan deudas, problemas legales o complicaciones con herencias. En este tópico es importante incluir también el tema de las responsabilidades financieras adquiridas con antigüedad y de las cuales se generen deudas. Es fundamental dejar claro si luego del matrimonio estas pasarán a ser compartidas o si cada uno se hará responsable de sus compromisos económicos.
2. Cuándo se tiene todo
Cada vez es más frecuente que los novios contraigan nupcias a una edad más madura, cuando ya están establecidos, poseen trabajo, cuentas bancarias sólidas y propiedades como carro o casa. En un buen porcentaje de los casos, el reunir todos los bienes desde el inicio, puede generar altos niveles de estrés, al ver que el otro gasta lo que ha conseguido con años de trabajo. Por ello, el primer paso es analizar y discutir qué porción de sus finanzas será compartida.
El hecho de que ahora estén casados no significa que dejen de ser económicamente independientes. Es correcto manejar cuentas personales, para gastos personales, pero nunca hay que mentir al respecto y menos ocultarlas. Una recomendación saludable es crear una cuenta compartida que se destine a los gastos habituales de la casa como arriendo, servicios públicos, alimentación y otros extras.
3. Elaborar un prepuesto
Un cuadro de Excel será de gran ayuda para organizar y dejar en claro los activos y pasivos que poseen. Es importante señalar además uno a uno los gastos que deben asumir mes a mes y los ingresos de la pareja con los cuales los soportarán (Se debe establecer cuánto devenga cada uno para realizar una distribución equitativa). Lo más recomendable, es que uno de los dos se encargue de llevar el registro de gastos y de administrar el dinero de la cuenta compartida, pagando recibos u obligaciones.
4. Decisiones compartidas
Por lo general, a uno de los miembros de la pareja se le facilita más el tema económico que al otro, así que está bien que sea quien se encargue de administrar las finanzas, pero eso no significa que deba tomar decisiones individuales como en qué o dónde invertir. Todos los temas relacionados con dinero deben ser consensuados para evitar malos entendidos y futuros problemas.